sábado, 21 de septiembre de 2013

"JOBS": Vida, obra y milagros de San Steve

“Jobs” es la vida de un santo. Con sus muchas grandezas y alguna miseria para disimular. Émula de aquellas que el franquismo dedicaba a glosar las vidas de santos y católicos ejemplares, sus únicos destinatarios son los que crean que Apple es una religión y Steve su profeta, que digo, su Dios. El resto bien puede dedicar esas dos horas de su tiempo a otros menesteres menos tediosos, pues, desde el punto de vista cinematográfico, la cinta aburre con su recalcitrante mesianismo y está filmada con la monotonía de una tv movie. Para el final me dejo el viaje a un guaperas que se esfuerza por hacernos olvidar que durante años no fue otra cosa que el novio de Demi Moore. Querido Ashton Kutcher, a tal fin, flaco favor te hace ese posturismo de anuncio y esa pose hagiográfica que el bueno para nada de Joshua Michael Stern te hace exhibir a lo largo de toda la peli. 
En suma, que sobre malos bichos que han revolucionado el mundo digital, me quedo con “La red social”, a la que ésta incluso se permitir el lujo de intentar copiar en secuencias y momentos, pero claro, en su entripado no están ni Aaron Sorkin ni David Fincher que saben de hacer cine y no meros publireportajes.

By Harry Callahan

NOTA:1/10

TÍTULO ORIGINAL: "Jobs"

miércoles, 11 de septiembre de 2013

"MUD": Una pequeña joya

La mía fue “Matar un ruiseñor”. Y, probablemente tenga mucho que ver con que me dedique hoy a ser abogado. Siempre hay una historia iniciática que marca. Ya sea a sus personajes o al espectador que las ve. Muchas, curiosamente, pasan en un estado sureño americano… y hay un río… como en “Mud”, la enésima de ellas, pero para nada una más. 
El mero crisol de referencias cinéfilas a otros tantos filmes ya sería pretexto más que suficiente para no dejar pasar lo nuevo del realizador de “Shotgun Stories”. Se me ocurren un puñado que van desde la citada de Robert Mulligan o “Los 400 golpes” a “Crazy in Alabama”, pasando por “Verano del 42”, “Cuenta conmigo”, “Tomates Verdes Fritos”, o incluso "Forest Gump" la patria “La Buena Estrella”, aunque dudo mucho que Jeff Nichols le haya echado un ojo a esa obraza maestra de Ricardo Franco. Sí, claro, no me olvido de las más obvias y literarias a Tom Sawyer y Huckleberry Finn. 
No obstante, el juego de descubrir homenajes, guiños e influencias, voluntarias o accidentales, no es, con todo, el máximo atractivo de “Mud”. Diría que lo que subyuga al espectador, sin concesiones, es la prodigiosa labor de dirección de Nichols que, juanpalomea con acierto indiscutible, escribiendo y poniendo en imágenes su historia, utilizando, ejemplarmente, dos herramientas, señas de la casa, con las que extrae oro puro: la interpretación actoral y la creación de ambientes.


Nichols dialoga con los protagonistas de su filme

Y es que las interpretaciones de Matthew McConaughey y Reese Witherspoon hacen que tengas que frotarte los ojos y comprobar en los títulos de crédito que son ellos realmente, esos populacheros mojigatos, habituales perpetradores de comedias románticas. No obstante, el casting al completo está afinadísimo, no ya sólo en su elección, sino, reitero, en su trabajo en la cinta. Por cierto, cada vez estoy más convencido que Sam Shepard es Dios. 
Y sobre la atmósfera que envuelve el relato, qué decir del hacer cuasi mágico del tipo que parió “Take Shelter”. Es tensa, negra, melancólica, libre, descreída pero a la postre esperanzada, encendida, y, sobre todo, romántica. De un romanticismo que desarma y sorprende por su claridad y pureza.
Le perdono por ello pequeñas trampas y algún recurso facilón impropio del resto de la obra en las postrimerías resolutivas de un filme que si tuviera que programar, lo haría en pase doble con esa pequeña joya que también es “Bestias del Sur Salvaje”, otro título para dejar de ser niño que me olvide de citar más arriba.

By Harry Callahan

NOTA: 8/10

TÍTULO ORIGINAL: Mud

lunes, 2 de septiembre de 2013

"DOLOR Y DINERO": Deconstrucción anabolizada del sueño americano

A Michael Bay le ha quedado una comedia sardónica excesiva, salvaje, arriesgada… pero endiabladamente entretenida, inteligente. Prima de burradas como las “Very bad Things” de un Peter Berg cuando todavía prometía lo que luego no fue, o del Tony Scott más libérrimo en, ejemplo, “Domino”, “Dolor y dinero” es, en su meollo, una muy cínica deconstrucción del sueño americano. Anabolizada y de un feismo cool fotografiado con ochentero esteticismo, el perpetrador de gloriosas horteradas como “Armagedoon”, consigue probablemente con éste su filme más maduro y casi imprescindible, el único que tiene una contundente lectura de fondo, una intención autoral más allá del deliberado ansia por la confección del blockbusters sonado. 

Michael Bay en plena acción

Todo ello me descoloca, pues me fuerza a alabar, no desde la admiración del gamberrismo videoclipero marca de la casa, sino con cierto aire sesudo, una cinta del responsable de la saga de “Transformers”… Y es que me sigue dejando perplejo como se mofa provocador de la testosterona patriotera de su propio público habitual. Aunque no perdamos la sesera, “Dolor y dinero” está a distancia de la sutileza narrativa, interpretativa y de las fenomenales oscuridades de otros heist de pardillos descontrolados como los de “Un plan sencillo” o “Fargo”. No obstante, si Bay es capaz de esto, comienzo a pensar que es posible ver un burro volando…

By Harry Callahan