viernes, 15 de marzo de 2013

"ANNA KARENINA (2012)": Deconstruyendo a Tolstói

En Joe Wright se dan dos claras constantes. De un lado, su afición por la reinterpretación de las historias de urdimbre clásica (“Expiación” y “Orgullo y Prejuicio”); y de otro lado, una clara apuesta por dimensionar estéticamente sus obras con exquisitez (“Hanna”). Llevando al paroxismo ambas filias, el realizador inglés nos propone una deconstrucción de la Anna Karenina de León Tolstói que, de entrada, tiene mi aplauso, si bien con una clara objeción. 

Soy de los que afirman, a boca llena, que el cine debe ser un ejercicio de estilo, una creación con huella. Y ésta, indiscutiblemente, lo es. Amparada en un guión audaz, esta transversal versión de “Anna Karenina” es una apuesta fílmica arriesgada. Una reinterpretación implosiva, una sublimación de la esencia, un deliberado quebranto de la ortodoxia, por la que el espectador tiene que entrar. 

Ya desde sus comienzos, que homenajean sin disimulo el “Moulin Rouge” de Baz Lurmahn, las cartas obran sobre la mesa, en una teatralización física y simbólica del mito literario. No busquemos pues en el filme fidelidades al origen, ni respetos por las reglas narrativas del relato primigenio. La película es un salto al vacío narrativo, apoyado en una ingeniosa redefinición de los espacios, los lugares y los escenarios. Amén, de una brillante puesta en imágenes, prodigiosamente coreografiada (esos maravillosos bailes…). 

Joe Wright dando indicaciones a Kiera Nightley en el set

Hasta ahí, todo me gana. Me seducen los retos y éste lo es. El problema llega cuando los fuegos artificiales se reiteran y se avanza en el metraje, una vez que la sorpresa se ha asimilado y los recursos antes novedosos ya casi se adivinan antes de ocurrir. Ahí es donde la historia tiene que dar la cara y embargarte, quemarte por la pasión que exudan los personajes. Y esto, lamentablemente no ocurre. Y eso que el cast no es errático, con un Jude Law, por ejemplo, insólitamente excepcional. Sin embargo, la deconstrucción aquí es tanta que la película acaba convertida en una sucesión de hermosas composiciones, a las que falta hilazón contundente y ritmo empático. No obstante, alabo el gusto de quien al enfrentarse a la enésima versión de algo, antes que volverlo a trillar, da una vertiginosa vuelta de tuerca aun a riesgo de pasarse de rosca.

By Harry Callahan

NOTA: 7/10

TÍTULO ORIGINAL: "Anna Karenina"