viernes, 22 de junio de 2012

"RED STATE": No estaba muerto, estaba de parranda


Hay realizadores de una película. De felices ideas volcadas en un proyecto y agotados tras ello. Pensaba que era el caso de Kevin Smith. Un tipo del que me gustó “Clerks”, una propuesta sencilla, barata, pero eficaz y hasta ingeniosa. No descubría la pólvora, pero llamaba la atención. 
El problema fue que pronto se bautizó a Smith como el gran epígono de la nueva comedia americana indie. Y no se si por engolamiento, por exceso de expectativas o, porque, sencillamente, el asunto fue flor de un día, sus siguientes trabajos fueron a cual más decepcionante, por mucho que más de un frikie de Star Wars se lo pasara pipa con Jay y Silent Bob.


Pero supongo que un día te levantas por la mañana, te miras al espejo, no te gusta lo que ves y decides reinventarte. Empeñas futuro y dinero en lo que crees y, partiendo de cero, apuestas al todo o nada, con dos únicas posibilidades: triunfar o clavar definitivamente la última puntilla en tu ataúd profesional. 
Y ahí es donde Kevin Smith me ha vuelto a ganar. Me quito el sombrero ante “Red State” un filme que nos devuelve al inquieto y creativo Smith de “Clerks”. Sacando dinero de debajo de las piedras, haciendo horas extras como guionista y montador. Convenciendo al casting para cobrar cuatro perras. Y luego, paseando la cinta por festivales y cines varios, a la antigua usanza de los cómicos de la legua, este tipo consigue que vea la luz y se distribuya una película cuando menos nuevamente sorprendente y llamativa, en la que no creía, de inicio, ningún estudio.


Y es que “Red State” comienza siendo casi una peli de instituto, para convertirse en filme de terror, mutar luego a cinta de acción y terminar apostillada por un militante discurso descreído y antisistema. Todo ello salpicado de críticas a todo lo que se menea y pulula a lo largo del metraje: religión, gobierno, política, sociedad, familia, patria, EEUU…; y salpimentado con más de un dardo envenenado de humor negro. 
Pero no solo eso es “Red State”, sino que, desde el punto de vista extrictamente cinematográfico, es un argumento que gira, que no transita por lugares comunes, que se cepilla indiscriminadamente a personajes teóricamente intocables en cualquier otra película, y que está rodada con un nervio y garra solo comparable en excelencia al excepcional montaje, como decía antes, obra del propio realizador, que para colmo deja el metraje en unos justos (y agradecidos por cualquier espectador) noventa minutos.


Si además, todo ello se presenta carente de pretensiones ni ínfulas, y, en la cinta, el veterano televisivo Michael Parks o la inmensa Melissa Leo nos pasma con unas brutales y creíbles interpretaciones, secundadas por la insólitamente acertada de John Goodman, no veo razones para afirmar que, como diría la canción, el bueno de Kevin Smith no estaba muerto, estaba de parranda.

by Harry Callahan

NOTA: 7/10

ESCUCHA ESTA CRÍTICA EN PODCAST CON EXTRAS: https://dl.dropboxusercontent.com/u/224337446/redstatecritica.mp3

TÍTULO ORIGINAL: "Red State"

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