sábado, 28 de noviembre de 2015

"SPECTRE": Un Bond de cortarse las venas

Sam Mendes tiene por afición joder películas idiotizando a sus personajes. Ya le ocurrió con esa caricatura de sicario que interpretaba Jude Law en “Camino a la perdición”, que discordaba del tono y empaque del resto de un filme, en todo lo demás, sobresaliente. Y lo volvió a hacer, por ejemplo, y ya que hablamos de 007, en “Skyfall”, rebajando en el último acto al “M” interpretado hasta ese momento por Judi Dench con marcialidad pétrea y un par de huevos, en una abuelita del club Tena Lady que, ya no es que no supiera como disparar un arma, sino que no valía ni para jugar al escondite.

El asunto en “Spectre” es de traca, porque en ella se arrasa con toda la creación de personajes que se había venido confeccionando, primorosamente, desde que Craig se hizo con la encarnación de Bond. Y que parecía inaugurar la definitiva era adulta del héroe de Ian Fleming, con un poliédrico 007 más oscuro, dramático y potente que nunca. Con un pasado, con un presente y con un futuro nolanianos que lo hacían de lo más suculento a ojos del espectador más allá del fandom. Pero todo eso queda dinamitado, esquematizado hasta la esencia más vulgar del personaje. No hay detalles de creación psicológica, ni otra lógica de actuación que no sea la atraer a las titis a lo anuncio de Axe (patético el episodio de Monica Bellucci); e ir, de corre que te pillo, en corre que te pillo, con el primo uñas de plata de un sucedáneo de La Montaña juegotronil, en lo que pretende ser, supongo, un intento de homenaje al mítico Tiburón de Richard Kiel.

Mendes, en medio del rodaje

Por lo demás, un filme de 007 no con homenajes, sino con lo peor de sus clichés: anuncios encadenados de ropa, coches y relojes, en ambientes pretendidamente cosmopolitas, retratados con una fotografía de una solemnidad y textura pseudo-fincheriana impropia de una historia en la que se adivinan pasos y frases siempre, y que, a su desgana en la escritura, solo rivaliza la realización en modo automático de un Mendes que parece haberlo delegado todo en la segunda unidad y en sus ayudantes de dirección, mientras pasaba los días de rodaje entre crucigramas y sudokus.
Y para guinda: Cristoph Waltz. Qué villano, amigos. Resucitar al malo entre los malos para esto. Para darle el personaje a este tipo. Para maltratar a Blofeld convirtiéndolo en un malo de sainete, irrisorio, irrespetable, carente de carisma e inaguantable, como el propio Waltz siempre es, me da igual los oscars que tenga.

Craig y Waltz, como buenos hermanos

En resumen, que si esta es toda la gana que Mendes, Craig, y los guionistas Purvis, Logan y Wade, le ponen a hacer un Bond, no te cortes tu las venas Daniel (parafraseando sus declaraciones sobre hacerlo antes de ser 007 otra vez), ya me las corto yo, si Barbara Broccoli y compañía os vuelven a llamar. Antes seguro me veo una de Austin Powers. Te lo juro por el Gordo Cabrón.


NOTA: 3/10

TÍTULO ORIGINAL: Spectre

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