miércoles, 2 de julio de 2008

LA PELÍCULA PERDIDA: "Los primeros amigos" de M. Night Shyamalan


Muchos piensan erróneamente que el primer filme de M. Night Shyamalan fue “El sexto sentido”. El director de origen indio había rodado un par de títulos antes: “Praying with Anger”, en 1992; y “Los primeros amigos (Wide Awake)”, en 1998.
De las dos, merece la pena rescatar del olvido la segunda. Una película pequeña en apariencia pero interesante, que el propio Shyamalan naturalmente escribió, como de costumbre. El argumento nos propone una sencilla historia en la que, no obstante, podemos apreciar muchos de los elementos definidores de este personal autor.
Joshua tiene 10 años y se nos presenta, en los primeros compases del metraje, en el día que vuelve al colegio para afrontar quinto curso. Le encontramos en su cuarto, rodeado de muñecos. Le cuesta levantarse la misma vida, está profundamente dormido. Sus padres le llevan poco menos que en volandas a la escuela. Pero esto no es lo más importante en esos momentos en la vida de Joshua. No tardamos en descubrir que su abuelo, que vivía en la misma casa y al que estaba particularmente unido, acaba de fallecer. Este curso, definitivamente, se presenta más duro que otros, y además Joshua se encomienda a sí mismo una misión muy especial: nada menos que encontrar a Dios y preguntarle si su abuelo está bien, dónde quiera que se encuentre.
Lo primero a destacar en esta película es que su director exhibe un particular gusto por el cine de Spielberg, uno de sus referentes cinematográficos confesados. Ello se observa, no solo en el modo de situar la cámara o hacer evolucionar la historia, sino en detalles como la manera de aproximarse el universo infantil y tratar al protagonista. No es preciso recordar que buena parte de la filmografía de Spielberg, o está protagonizada por niños, o éstos tienen momentos de especial relevancia (“E.T.”, “El imperio del Sol”, “Inteligencia Artificial”, “Hook”, “Atrápame si puedes”, esta última con un niño grande interpretado por Di Caprio; o “La lista de Schindler”, en la que los niños cada vez que aparecen sobrecogen).
Otro elemento a reseñar es que “Los primeros amigos” es el antecedente obvio de “El sexto sentido”, estrenada sólo un año después y con la que guarda innegables paralelismos. Ambas están protagonizadas por niños de edades similares. En las dos hay una fascinación por lo desconocido, una necesidad de saber qué hay detrás de la muerte y cómo puede contactarse con el otro lado. Los dos críos tienen una misión que cumplir y la cumplen. Aquí es conocida, en la película que magistralmente interpretó el entonces pequeño Haley Joel Osment, el descubrimiento de esa misión es la clave de la historia. Además, muchos de los adultos que rodean al protagonista parecen hablar otro idioma y no comprender que le está pasando (otro detalle netamente “spilberiano”). E incluso, y como remate, también en “Los primeros amigos” hay una presencia sobrenatural que salpica el metraje. Es pues casi la misma película pero contada desde géneros muy diferentes (comedia dramática versus suspense y terror).
Muy significable es también el tratamiento dispensado a la relación entre el abuelo y Joshua, en los escasos pero muy emotivos flash-back que la cinta raciona. Apuntar aquí que Robert Logia está sencillamente perfecto. Tan esencial esta relación como la de Willis y el joven protagonista de “El sexto sentido”.
Por último, ambos críos, al final de las dos cintas, maduran de modo definitivo y son felices, pues han cumplido su misión o han descubierto como hacerlo. Concretamente, aquí, tras un inolvidable curso pleno en hallazgos vitales, en una estupenda secuencia final, simétrica a la que arranca el filme, a Joshua, que va a empezar ahora sexto, ya no es necesario que le levanten de la cama, ni que le lleven en volandas. Está completamente despierto (el “wide awake” del metafórico título en inglés).
Pese a su mejorable cartelera y su inexpresivo título en español (cómo no), imprescindible película para los seguidores de Shyamalan y para cinéfilos curiosos, interesados en descubrir pequeños hallazgos.

By Harry Callahan

NOTA: 7/10

TÍTULO ORIGINAL: "Wide Awake"