domingo, 25 de marzo de 2012

"LOS IDUS DE MARZO": Si todos somos ladrones, el delito sólo puede ser...

La historia que narra “Los idus de marzo” no es original. Con distintas ópticas, otros la contaron antes. Desde Joseph Leo Manckievick obviamente en “Julio Cesar”, Robert Rossen en “El político”, Michael Ritchie en “El candidato”, Mike Nichols en “Primary Colors”, o Barry Levinson en “Cortina de humo”; hasta, curiosamente, un puñado de actores demócratas descreídos reconvertidos en incipientes realizadores como Tim Robins, en “Ciudadano Bob Roberts”, Warren Beaty en “Bulworth”, y ahora Clooney. Todos ellos se han remangado para descender a las celebérrimas cloacas del poder, y destapar lo que nadie quiere ver: que el trasfondo de los ideales es mucho más pedestre y prosaico; que las ideologías no son otra cosa que la máscara de la naturaleza humana, de obvio egoísta; y que, como reza el eslogan de este filme, la ambición seduce y el poder siempre corrompe.

Así las cosas, el auténtico gran valor de esta película está en su mano creadora, responsable de la coescritura del guión, de la dirección y de, incluso, la interpretación de uno de sus personajes. En este sentido, Clooney me tiene absolutamente maravillado desde hace unos años. Y es que, y vamos por partes, en el capítulo actoral, el que fuera doctor Ross de la serie “Urgencias”, ha pasado, con inteligencia, de ser un guapo del que todas estaban enamoradas, a un actor que sabe elegir con proverbial sabiduría sus papeles, de los que extrae interpretaciones tan elogiables como las que nos ha obsequiado en “Syriana”, “Michael Clayton”, “Up in the Air” o “Los descendientes”.

Y en el de realizador, estamos ante un tipo que no sólo ha matado el gusanillo que pica a casi todos los actores, de ponerse tras la cámara, sino que, a la chita callando, lleva cuatro largos que no ya sólo prometen, sino que le confirman, como un excelente narrador de historias, en cuya escritura también suele meter mano, junto a su amigo y gran cómplice Grant Heslov, rentando este binomio a fecha de hoy, un pleno de éxitos, pues las dos ocasiones en que han trabajado juntos, se han saldado con la reverencia de la crítica y sendas nominaciones a los oscar.

Regresando a “Los Idus de Marzo”, quizás sea esta la cinta más redonda de Clooney hasta la fecha, en la que su labor de realización es también más excelente. Haber sido dirigido por lo más granado de Hollywood cala y de qué modo. Vaya primeros planos y qué bien los soportan los actores, especialmente, una Rachel Evan Wood, de la que la cámara está perdidamente enamorada. Excelente duelo final, también en este aspecto, entre el propio Clooney y Goslin. Y qué fotografía entre esas simbólicas sombras, en las que la luz delimita los perfiles de los protagonistas (por ejemplo, en la escena de la escalera). Y las elipses (ej. lo que pasa dentro del coche entre Clooney y Seymour Hoffman). Y las metáforas (ej. escena delante y detrás del teatro). Chapó pues al Clooney director y, por ende, al escritor, pues gran parte de la visualización de un filme está en su guión, que además permite a la cinta durar unos 100 aprovechadísimos minutos, que pasa en un suspiro, amén del notable ritmo imprimido a la narración y a su puesta en imágenes.

Hasta el score de Alexander Desplat, con un genuino regusto a thriller político clásico, es perfecto. Como lo es el casting de campanillas que ampara actoralmente el filme y sobre el que no entraré a cantar las obvias virtudes de Phillip Seymour Hoffman y Paul Giamatti, demoledores en sus respectivos roles de profesionales de la política marrullera. Visiones cínicas, pragmáticas y brutalmente reales de en lo que se convertirá el inicialmente inmaculado personaje encarnado de Ryan Gosling, de lo que da fe la escena final, que cierra el circulo en una cinta que no es más (ni menos) que la desilusionada narración de un tránsito: el de el sueño al despertar, y de todo lo que queda en el camino, para al final llegar a la misma conclusión a la que llegaba Loquillo en su canción El Molino: “si todos somos ladrones, el delito solo puede ser que te pillen con la mano en el pastel”.
By Harry Callahan

NOTA: 8,5/10
ESCUCHA ESTA CRÍTICA EN PODCAST CON EXTRAS: https://dl.dropboxusercontent.com/u/224337446/losidusdemarzocritica.mp3
TÍTULO ORIGINAL: "The Ides of March"
SOBRE LA MÚSICA DEL PODCAST:  http://www.jamendo.com/es/track/114773

sábado, 3 de marzo de 2012

"LUCES ROJAS (RED LIGHTS)": Rodrigo Cortés, un ilusionista sin descafeinar

A diferencia de lo que comúnmente ocurre a otros que marchan a hacer las Américas, Rodrigo Cortés si que ha sabido ingeniárselas para conservar poder de decisión sobre su trabajo. Esto le permite contar (algo muy próximo a) lo que quiere y como quiere. Además, su habilidad a la hora de manejar la puesta en escena, disfraza perfectamente las carencias de un presupuesto que, pese a ser notablemente inferior al habitual de cualquier producción USA, da de si lo suficiente como para que la factura del filme de la talla con dignidad, incluso tras pagar el cheque de las dos grandes estrellas que encabezan su casting.

Unas estrellas, sobre todo la Weaver que está más notable; y un De Niro que sigue protagonizando secundarios presenciales de lujo, pero que aquí al menos puede no agachar la cabeza a la hora de pasar por caja, pues su intervención dota a su personaje del halo místico que intrínsecamente requiere. 



Argumentalmente también agradezco el esfuerzo por girar constantemente la trama, y jugar con el espectador, diseminando a lo largo del relato contadas pistas que unidas al final dan a la historia una razonable coherencia, incluso cuando se desvela el truco final que, como buen ilusionista, Cortés reserva al público.
No reiteraré de nuevo la honda huella que en cineastas como Fresnadillo en "Intruders" y, particularmente, en esta “Luces Rojas” a Cortes ha dejado M. Night Shyamalan, pues me podréis acusar de ser reiterativo en mi fijación por citar al realizador de origen indio. Pero aquí vuelven a concitarse constantes de la filmografía de autor de “El protegido”, como son la imposibilidad de negar lo que somos y la obligatoriedad de asumir lo que el destino nos da; o la particular afición por dotar a la trama de una voltereta final que sorprenda al espectador y que, rizando el rizo, cierre el circulo narrativo propuesto. 




Por todo ello y en resumen, si Rodrigo Cortes me dejó un estupendo sabor de boca con su primera cinta: “Concursante”, una de esas películas que te reconcilian con el cine patrio y que evidenciaba que detrás había un creador con ganas de contar las cosas de un modo potente. Si con “Enterrado”, su segundo filme, este tipo demostró que le fascinaban los retos y llamar la atención sabiendo muy bien lo que se hacía. Con “Luces Rojas” bien podemos confirmar que estamos en presencia de un director y guionista, preocupado por contar cosas diferentes a su muy particular manera. Un creador ciertamente artesano, pues incluso monta sus filmes, que inteligentemente está sabiendo aspirar a películas que, por diferentes razones, siempre le suponen un reto, sin perder su condición de autor que ejerce, en este caso, un muy adecuado y deseable control sobre el resultado final. 

By Harry Callahan 

NOTA: 7,5/10 

ESCUCHA ESTA CRÍTICA EN PODCAST CON EXTRAS: https://dl.dropboxusercontent.com/u/224337446/lucesrojascritica.mp3


TÍTULO ORIGINAL: “Red Lights” 

SOBRE LA MÚSICA DEL PODCAST: http://www.jamendo.com/es/track/732503