miércoles, 11 de septiembre de 2013

"MUD": Una pequeña joya

La mía fue “Matar un ruiseñor”. Y, probablemente tenga mucho que ver con que me dedique hoy a ser abogado. Siempre hay una historia iniciática que marca. Ya sea a sus personajes o al espectador que las ve. Muchas, curiosamente, pasan en un estado sureño americano… y hay un río… como en “Mud”, la enésima de ellas, pero para nada una más. 
El mero crisol de referencias cinéfilas a otros tantos filmes ya sería pretexto más que suficiente para no dejar pasar lo nuevo del realizador de “Shotgun Stories”. Se me ocurren un puñado que van desde la citada de Robert Mulligan o “Los 400 golpes” a “Crazy in Alabama”, pasando por “Verano del 42”, “Cuenta conmigo”, “Tomates Verdes Fritos”, o incluso "Forest Gump" la patria “La Buena Estrella”, aunque dudo mucho que Jeff Nichols le haya echado un ojo a esa obraza maestra de Ricardo Franco. Sí, claro, no me olvido de las más obvias y literarias a Tom Sawyer y Huckleberry Finn. 
No obstante, el juego de descubrir homenajes, guiños e influencias, voluntarias o accidentales, no es, con todo, el máximo atractivo de “Mud”. Diría que lo que subyuga al espectador, sin concesiones, es la prodigiosa labor de dirección de Nichols que, juanpalomea con acierto indiscutible, escribiendo y poniendo en imágenes su historia, utilizando, ejemplarmente, dos herramientas, señas de la casa, con las que extrae oro puro: la interpretación actoral y la creación de ambientes.


Nichols dialoga con los protagonistas de su filme

Y es que las interpretaciones de Matthew McConaughey y Reese Witherspoon hacen que tengas que frotarte los ojos y comprobar en los títulos de crédito que son ellos realmente, esos populacheros mojigatos, habituales perpetradores de comedias románticas. No obstante, el casting al completo está afinadísimo, no ya sólo en su elección, sino, reitero, en su trabajo en la cinta. Por cierto, cada vez estoy más convencido que Sam Shepard es Dios. 
Y sobre la atmósfera que envuelve el relato, qué decir del hacer cuasi mágico del tipo que parió “Take Shelter”. Es tensa, negra, melancólica, libre, descreída pero a la postre esperanzada, encendida, y, sobre todo, romántica. De un romanticismo que desarma y sorprende por su claridad y pureza.
Le perdono por ello pequeñas trampas y algún recurso facilón impropio del resto de la obra en las postrimerías resolutivas de un filme que si tuviera que programar, lo haría en pase doble con esa pequeña joya que también es “Bestias del Sur Salvaje”, otro título para dejar de ser niño que me olvide de citar más arriba.

By Harry Callahan

NOTA: 8/10

TÍTULO ORIGINAL: Mud