sábado, 31 de octubre de 2015

"LA VERDAD": Soy mas de Will MacAvoy

La verdad es que, visto el cine periodístico moderno que va desde la refundacional “Todos los hombres del Presidente” hasta la inobjetable “Buenas Noches y Buena Suerte”, se antoja pobre la aportación del debutante James Vanderbilt al género. Un director, por otro lado, del montón, cuya realización está lastrada a partes iguales por la ingenuidad y una monotonía aletargante. La maldad aquí me sugiere apuntar a los seguros consejos mangoneantes de ese bueno para nada que es Brett Ratner, productor del filme. 
La verdad es que no veo por ningún lado lo de meter en quiniela de los oscar a un título del que solo destacaría, la efectiva labor de secundarios como Dennis Quaid o Stacey Keach, que, sin descubrir la pólvora, se me antojan mucho más veraces que una sobreactuada reina del mambo Cate Blanchet, a cuya actriz y personaje tributa la cinta una pedante declaración de amor (libro obliga); o que un Robert “Chucky” Redford cada vez más momificado e inerte, a punto del envenenamiento masivo por botox. 

Blanchet y Redford

La verdad es que me cargan esos momentos fotográficos que parecen estar retratando a Dios “Rather” en la Tierra. Me indigesta el score imitador de rimbombancias quieronopuedista de Brian Tyler. Me amodorra la narrativa tediosa de su primer acto. Y, en suma, me decepciona una película que aspira a trascender y que acaba dejando una huella en el cine periodístico similar a la de “Íntimo y Personal”, curiosamente también con el abuelo Redford. 
La verdad es que, tras ver “The Newsroom”, específicamente su segundo temporada, confieso que dentro de su imperfección y desequilibrio, se me antoja que Sorkin ya diseccionó casi el mismo argumento con más aristas y brillantez. Y, sí, soy más de Will MacAvoy.
La verdad es que, tras olvidar “La verdad”, me entrarán ganas de revisar, además de las que apuntaba al comienzo, otros títulos más o menos tangenciales a éste que si recuerdo: “El Dilema”, “El político”, “El cuarto poder”, “El candidato”, “Network, un mundo implacable”, “Candidata al poder”, “La gran estafa” o “El precio de la verdad”…


NOTA: 5/10

TÍTULO ORIGINAL: Truth

domingo, 18 de octubre de 2015

"ALLÍ ABAJO (serie tv)": ¡Ole, de verdad!

Probablemente esta sea la última crítica que haga. Tras ella y la persecución a la que seré sometido por el gafapastismo integrista hachebeoero y filoneflixino, habré de terminar mis días como anacoreta, a lo Simón del desierto, predicando mis críticas a la señora de cuenca y tres parroquianos más. ¿Por qué? Porque voy a poner por las nubes una teleserie española, cómica, cuajada de tópicos, supuestamente aprovechona del boom de una peli de taquillazo hecha por la competencia y destinada al consumo masivo de esos espectadores que a la pregunta de quién es John Snow responderían ¿mande?...


Si amigos, en trance de dejar de serlo, he visto “Allí Abajo” y me ha gustado. Qué cojones, no solo me ha gustado, me lo he pasado pipa. Porque no solo de Walter Whites y Don Draperes vive el hombre. De vez en cuando apetece desentumecerse de la pose cultureta con algo que no pretende más que ser puro entretenimiento, llano, sencillo, que no simple. Y digo esto, porque, es muy difícil hacer comedia en este mundillo. Y hacer reír, disfrutar con desenfado. Sin más ni menos.

Carmen e Iñaki, María León y Jon Plazaola 

Algo que en nuestra tradición patria siempre se ha visto, no obstante, muy mal, por la crítica sesuda, pero muy bien por el público de a pie. Desde los entremeses y sainetes teatrales, a las las españoladas, el cine del desarrollismo, las películas de Landa, Lopez Vazquez, Gracita Morales y Paco Martinez Soria, las que hacían Saenz de Heredia, Lazaga o el gran Mariano Ozores, con cuyo Goya de Honor, este año, se quiere pagar una deuda incobrable del cine autodenominado español con este otro cine no menos español, y con un modo de entender las películas como vehículo ingenuo de gozosa evasión cañí, sostenedor de una industria que, de otro modo, habría quedado extinta desde hace décadas, muchas.

“Allí abajo” entronca con esta larga tradición popular, en el mejor sentido del término. Dirigida al anti-friki, persigue lo que antes apuntaba, pasar con ella una rato de (son)risa puesta, sin tirar de complicados recursos metacómicos, técnicas de cuarta pared, mockumentaries, o reírse de la incómoda vergüenza ajena. La clave de esta producción de Aitor Gabilondo y el veteranísimo César Benítez, es hacer bien las cosas, respetar al público y ofrecer calidad.

Tópicos sí, pero muy bien explotados

Así, partiendo del concepto de la serie (robarle la cartera a Vasile y sacar réditos del fenómeno “Ocho Apellidos Vascos”, aunque dicen, curiosamente, que el proyecto era incluso anterior) es imposible, hacerlo mejor. Tanto que me divierte todo lo que me aburrió el filme de Martínez Lázaro. Y es que no se puede contar mejor lo que se quiere contar. Y ello, aunque los capítulos sean casi películas por su metraje, como siempre en la ficción de este país. Hay ingenio de sobra, como lo demuestran en cada frase sus protagonistas que componen un casting impecable, qué grande es, por cierto, Yolanda Serrano, Eva Leira y compañía. Qué sería del cine y las series nacionales sin ellas... Imposible un reparto mejor que el compuesto por los protas María León, Jon Plazaola, su majestad Mariano Peña, los compadres Alfonso Sánchez y Alberto López, Salva Reina "Jozé", la enorme Mari Paz Sayago, la cuadrilla: Gorka Aguinagalde, Iker Galartza y Óscar Terol, ojo además de actor, co-creador y guionista, hay mucho y muchos de “Vaya semanita" aquí en muchos y muchos, la Ama, Ane Gabarai y la tía Bego, las enfermeras, las vecinas, Carmina Barrios incluida y bueno, todos, y subrayo todos. No es cosa de convertir esta crítica en una entrada de IMDB. 

El reparto principal de la serie, en el set

Y aunque el asunto gravita sobre la hipérbole del tópico, superado el golpe de inverosimilitud que propina su exacerbación, gana de calle el chiste bien construido, el enredo propiciatorio de situaciones de comicidad naif pero tremendamente resultonas y un rosario de personajes que basculan entre la entrañabilidad y la comicidad clásica, perfecta.

Vaaale, llegados a este punto, no insisto más. Los que aún sigan escuchándome, quitaos la clásica cara de estreñido de Clint Eastwood antes de espetar seis balazos a un nota, y comeros el piloto de “Allí abajo” en plan pincho. A ver si sois capaces de no zamparos el resto de temporada ¡Kabenzotz!


NOTA: 8/10

TÍTULO ORIGINAL: Allí abajo