domingo, 8 de enero de 2017

"COMANCHERÍA (HELL OR HIGH WATWER)": LADRONES DE TIERRAS

El último movimiento de cámara de “Comanchería” deja muy claro que lo importante es la tierra. Lo decían en “Lo que el viento se llevó”: “Por la tierra trabajamos, luchamos y morimos”. Y la tierra se roba, añade ahora David MacKenzie. La robó el hombre blanco a los indios. Y, en nuestros días, los bancos se la roban a aquellos, con su depredación hipotecaria. De ahí que se juzgue “necesario” robar a su vez a estos, no ya para ganar los cien años de perdón del refrán, sino para conservar el terruño, lo verdaderamente único y atávicamente esencial. Aquello por lo que te haces respetar. Lo que de ti queda como legado.

De eso va “Hell or high water”, título original de este film. “Sea como sea” que podríamos haber titulado aquí. Lo que incluye hacerlo por las malas, a tiro limpio. Interesante es también ver como nada ha cambiado en un país de gatillo fácil, construido a mano armada. En donde a los rateros aún les persigue una patrulla espontánea de la gente del pueblo, ya no a caballo, sino en potentes 4x4, pero si que a balazo vivo.

Porque, en mucho, el far west sigue siéndolo. De su poética también habla, crepuscularmente, esta película de shérifs que son rangers, salones y cruces de caminos que son casinos, forajidos que son comanches y comancheros, y cielos rasos y praderas sin fin que aún seguirán siéndolo, aunque se quemen o las hagan arder.

MacKenzie dirige a Pine

Y hay metáfora social. Y cine negro, con últimos golpes, polis a punto de jubilarse y una voz en off que habla en las letras de una selección de canciones descriptivas de personajes, acciones y sus consecuencias. Y buddie movie, con dos parejas de ratones y gatos. Y excelentes actores, con frases y diálogos maravillosos. Inmenso Jeff Bridges, más Clint Eastwood que nunca. Sabe este filme mucho a “Un mundo perfecto”, aunque por otro lado, joder, ¡también a “Thelma y Louise” y su antecedente “Dos hombres y un destino”! Y un guaperas llamado Chris Pine que jamás volverá a estar tan bien, emparejado con esa encarnación del caos que siempre sirve imprevisible Ben Foster, ajado aquí sorpresiva y visiblemente por la edad.

Y para colmo, la cinta está musicada por Nick Cave y Warren Ellis, con el mismo acierto que otros soundtracks suyos, como el compuesto para la no menos crepuscular, poética y de forajidos del oeste, “El asesinado de Jesse James por el cobarde Robert Ford”. 

Y es que esta “Comanchería”, que, nota para curiosos (y para los que odian su título), conserva en nuestro país precisamente el título de trabajo que se le dio mientras se rodaba, es, en suma y por dejar de marear el asunto, una puñetera joyaza.


NOTA: 9/10

TÍTULO ORIGINAL: Hell or High Water