sábado, 5 de noviembre de 2011

"TÍMIDOS ANÓNIMOS": Un delicioso bombón artesanal

Hay comedias que poseen un toque especial, que las hace diferentes. No tienen porqué ser obras maestras, ni acreedoras de galardones múltiples en festivales. Sin embargo, cuando las vemos, parece que nos reconcilian con el mundo. Poseen, en este sentido, una entrañabilidad que elude con habilidad la ñoñería. No obstante, también saben cómo mirar dentro del alma humana. Y lo hacen con una sensibilidad, afortunadamente, nada sensiblera. 

Opuestas a la ordinariez, el chascarrillo grueso y la escatología que puebla la actual comedia norteamericana, el tipo de cinta del que hablo es sutil, con gags sencillos y brillantes de la antigua escuela, y acertada en apostar todo su capital a líneas de guión rebosantes de autenticidad, e interpretaciones apegadas a la naturalidad más cotidiana. 
“Tímidos anónimos” es este tipo de película, que tan bien saben hacer los franceses, de vez en cuando. Una comedia que ofrece un estupendo rato de cine y que garantiza la sonrisa en los labios, y una sensación, cuando se enciende la luz de la sala, de que la vida, como diría aquel, puede ser maravillosa. 
Y es que, su director y coguionista, Jean-Pierre Améris, sabe definitivamente como llegar al espectador. La clave: trasladarnos vivencias comunes, situaciones reconocibles, con las que empatizamos de la mejor de las maneras. Para ello, como la mayoría de los buenos narradores, Améris ha acudido a sus propias experiencias vitales. El argumento de la película gira en torno a personas tímidas y emotivas, y sus atroces dificultades para enfrentarse al mundo, a los demás y a las relaciones íntimas. Y de esto el realizador galo confiesa saber demasiado, pues el mismo podría ser cualquiera de los protagonistas. De hecho, la frase que se dice en la película “…mientras no nos pase nada...”, la solía pronunciar a menudo su padre; y además no le duelen prendas al reconocer haber estado en uno de esos grupos de autoayuda que aparecen en la cinta. 
Pero además de la historia, y de cómo se cuenta, el otro gran sostén de esta sanísima comedia, como anticipaba antes, son sus intérpretes protagónicos Benoît Poelvoorde e Isabelle Carré, en estado de gracia, absolutamente maravillosos e irrepetibles en las encarnaciones de sendos tímidos de atar, a los que el azar, el destino o la Diosa fortuna unirá por obra y gracia del cacao. En este punto, es fácil decir que “Tímidos anónimos” es un bombón, pues la historia transcurre en una pequeña fábrica de estos deliciosos chocolates, pero es, honestamente, cierto. Si bien, como ocurre en la propia cinta, hablamos de una delicada, deliciosa y nada industrial delicatesen, elaborada con las mejores artes y la más deseable sencillez artesanal. 

By Harry Callahan 

NOTA: 7,5/10 


ESCUCHA ESTA CRÍTICA EN PODCAST: https://dl.dropboxusercontent.com/u/224337446/criticatimidosanonimos.mp3

TÍTULO ORIGINAL: “Les émotifs anonymes” 



DATOS ADICIONALES: http://www.imdb.es/title/tt1565958/

SOBRE LA MÚSICA DEL PODCAST: http://www.jamendo.com/es/track/732537