miércoles, 31 de agosto de 2016

"CAFE SOCIETY": Cómo estar de nuevo en casa

Las películas de Woody Allen, son como volver al hogar después de un largo viaje. En ellas reencuentras todo aquello que conoces, amas y te hace sentir como en casa. El jazz, los judíos, el cine clásico, el humor de réplicas con chispa, Nueva York como la mejor ciudad del mundo, y el amor, siempre. Porque Woody es, ante todo, un romántico. De esos old fashion. Y todas sus películas van de estas cosas y, a veces, de hasta de alguna más.

Y “Cafe Society” no es menos, afortunadamente. Es una declaración de cariño a una época, un tipo de películas, una música, en suma, donde a su director no le importaría quedarse a vivir, atemporalmente.
Quizás dicen que el pecado de este octogenario incombustible, es querer rodar un filme cada año. Cierto es que su filmografía es irregular desde que se impuso este reto. Si bien, ésta, es de las redondas. De las que comienzan, se desarrollan y concluyen (y de qué modo, vaya encadenado), con brillantez. Intercalando en su narrativa las diversas historias que la componen y se entrecruzan de modo preciso. Concediendo al relato una agilidad envidiable. Su montaje, aquí, es brillante. 



Pero es que, además, la envoltura formal es soberbia. Los movimientos de cámara, la colocación de ésta y como se planifica y pone en imágenes la narración es de lo mejor que le he visto a Allen en un tiempo. Subrayado todo esto por la fotografía superlativa de ese mago que es Vittorio Storaro.
Decir que los actores están perfectos, es una obviedad cuando hablamos de cualquier filme del genio de Brooklyn, pero capitulo aparte merecen Kristen Stewart (qué voz, que deliciosa presencia), y Blake Lively, arrebatadora en sus puntulaes intervenciones (sobre todo en el primer encuentro con Jesse Eisenberg). 
Y la guinda es que el maestro se reserva el papel de narrador de esta fábula, cuento, ejercicio de confesada añoranza. Lo dicho, como volver, por fin, a casa de nuevo.


NOTA: 8/10

TÍTULO ORIGINAL: "Cafe Society"