domingo, 14 de junio de 2015

"JURASSIC WORLD": Un negro llamado Spielberg

Cuando Spielberg produce una serie, pone la pasta, el nombre y se desentiende. Su mano ni está, ni se la espera. Pero cuando hace lo propio con una película, a veces le gusta mangonear. De todos son conocidos ejemplos, como “Los Goonies” o “Poltergeist” que, aunque firmados por otros, quien decidía cómo realizar más escenas de las debidas, era precisamente él. Lo de “Jurassic World” es la última de esa lista de cuasi-autorías no confesadas, pero, a la vez, resulta un caso paradójico.
Y es que, a comienzos de los noventa, al bueno de Steven lo que le quitaba el sueño era hacer una gran obra sobre el Holocausto. Solo encontraba problemas para financiarla, por lo que pactó con los estudios darles un filme revienta taquillas a cambio de conseguir el cash con el que financiar la que, a la postre, sería “La Lista de Schindler”. Dicho y hecho. La palomitera fue “Parque Jurásico”, que puso a los dinosaurios de una moda que dura hasta hoy, arrasó en el box office mundial y vendió más merchandising del que se fue casi capaz de producir. Pero Spielberg la rodó con la punta de la nariz. En un plis, plas. Sin poner demasiado empeño. Tan es así, que la postprodujo desde Europa, en los escenarios donde ya rodaba la epopeya judía protagonizada por Liam Neeson que le otorgaría siete oscars de la Academia y el prestigio que como director serio siempre ansió tener.
Luego llegó una "obligada" secuela, “El Mundo Perdido”. No era cosa de dejarse sin esprimir el pterodactilo de los huevos de oro. Pero tampoco es que aquella revisitación, más o menos obvia, del mito de King Kong cautivase al genio de Cincinnati. Tan hastiado quedó, que para la tercera dijo que no contaran con él. El momentáneo epitafio a la saga lo puso así Joe Johnston, con un título de filosofía más disonante pero injustamente infravalorado.
Ahora, catorce años después, en plena vorágine hollywoodiense resucitadora de oldies but goldies, a Spielberg sí que le ha molado sacar a pasear de nuevo sus míticos bichos prehistóricos y hacer con ellos lo que nunca antes, disfrutar. Así, se ha buscado a un pipiolo en esto de blockbustear (y en casi todo lo demás) al que enseñarle cuatro cosas. Un Colin Trevorrow que aún se sigue preguntando como ha sido tan suertudo de ser elegido por Mr. Midas para la ocasión, tras solo haber hecho una modestísima opera prima indie, imaginativa, sí, pero que no reunía ni una sola de las características que se requieren para llevar cabo un filme de 150 millones de dólares de presupuesto. Ingenuo…

Trevorrow y Spielberg


¿Y el resultado? Una película que es, reconozcámoslo, la mejor de todas las entregas y me importa un bledo quien se rasgue las vestiduras. Seamos serios, fascinaciones infantiles aparte. La primera (la más reconocida de la vieja trilogía) tenía solo de maestra la música de John Williams y el CGI de la ILM, hoy, por cierto, superadísimo. La que ahora se estrena, es superior, pues, en su consciencia de lo que es y en su afán autoreferencial y de retorno al hogar de los universos conocidos, la cinta se convierte más que en una secuela, en un remake, en el que Spielberg a través de Trevorrow, recrea sus propios planos, escenas, secuencias y el concepto y espíritu que ya tenía el relato de Chrichton en aquel filme del 93, pero disfrutándolo como nunca antes. Y, con un sentido de la aventura, de la evasión, del ritmo non stop y del hacer gozar al espectador de un filme familiar entretenidísimo que no terminaba de redondearse en ningún título de los anteriores, porque en ninguno de ellos su creador se había entusiasmado con lo que estaba haciendo y porqué lo estaba haciendo. Y, en este punto, creo que el hecho de que Spielberg haya obrado como “negro” de Trevorrow le ha permitido además toda la libertad del mundo, ningún encorsetamiento y más simpleza de propuesta y ejecución de la que le sería exigible a un título filmado por él. Ahí está, amigos, la clave de “Jurassic World”, bueno en eso, en sustituir al soseras de Sam Neill por Chris “Indiana” Pratt y, naturalmente, en los taconazos indestructibles de Bryce Dallas Howard.


NOTA: 8/10

TÍTULO ORIGINAL: Jurassic World