martes, 10 de junio de 2008

EN CARTEL: "Mi novio es un ladrón", Ryan y Banderas en horas más que bajas

En un ya mítico momento de la comedia “Cuando Harry encontró a Sally”, una jovencísima Meg Ryan nos sorprendía fingiendo un acalorado orgasmo en medio de una concurrida cafetería. Ryan demostró en esa magistral secuencia dos cosas: que tenía unas innegables dotes para la comedia y que, pese a su nada exuberante aspecto físico, podía llegar a tener un punto sexy.
Han pasado casi veinte años desde aquello y no es que haya llovido mucho, sino que lo ha hecho torrencialmente. Lo digo porque en “Mi novio es un ladrón”, la actriz norteamericana vuelve a demostrarnos dos cosas: haber perdido irremediablemente el don de la comedia y que es todo menos sexy, aunque los personajes del filme se empeñen en decir a boca llena lo contrario.
Y es que la Ryan arrastra por esta película un físico adulterado por el botox y una tendencia a la sobreactuación que la hacen tan cargante como digna de cierta lástima. Muy lejos quedan los años de “Ricas y famosas”, su debut en la última realización del maestro Cukor, “El chip prodigioso”, “French Kiss” o “Adictos al amor”. Y no es que la protagonistas de “Tienes un e-mail” haya sido una Katherine Hepburn contemporánea, pero al menos siempre la he preferido antes que a otras supuestas “girls next door” tipo Sandra Bullock.
No obstante, este infumable pestiño cuajado de tópicos, lugares comunes y revisiones de títulos más o menos exitosos, evidencia el punto muerto en el que se haya la carrera, no sólo de Meg Ryan, sino también de Antonio Banderas, del que no recordamos nada decente desde hace años, si es que en Hollywood ha llegado a hacer alguna vez algo digno de mención, aparte de la voz del gato de Shrek y dirigir “Crazy in Alabama”.
Poco más merece decirse de esta fallida mezcla de comedia romántica y peli de ladrones, que en ningún momento llega a funcionar ni como una cosa ni como la otra.

By Harry Callahan
NOTA: 2/10