lunes, 2 de septiembre de 2013

"DOLOR Y DINERO": Deconstrucción anabolizada del sueño americano

A Michael Bay le ha quedado una comedia sardónica excesiva, salvaje, arriesgada… pero endiabladamente entretenida, inteligente. Prima de burradas como las “Very bad Things” de un Peter Berg cuando todavía prometía lo que luego no fue, o del Tony Scott más libérrimo en, ejemplo, “Domino”, “Dolor y dinero” es, en su meollo, una muy cínica deconstrucción del sueño americano. Anabolizada y de un feismo cool fotografiado con ochentero esteticismo, el perpetrador de gloriosas horteradas como “Armagedoon”, consigue probablemente con éste su filme más maduro y casi imprescindible, el único que tiene una contundente lectura de fondo, una intención autoral más allá del deliberado ansia por la confección del blockbusters sonado. 

Michael Bay en plena acción

Todo ello me descoloca, pues me fuerza a alabar, no desde la admiración del gamberrismo videoclipero marca de la casa, sino con cierto aire sesudo, una cinta del responsable de la saga de “Transformers”… Y es que me sigue dejando perplejo como se mofa provocador de la testosterona patriotera de su propio público habitual. Aunque no perdamos la sesera, “Dolor y dinero” está a distancia de la sutileza narrativa, interpretativa y de las fenomenales oscuridades de otros heist de pardillos descontrolados como los de “Un plan sencillo” o “Fargo”. No obstante, si Bay es capaz de esto, comienzo a pensar que es posible ver un burro volando…

By Harry Callahan