sábado, 25 de febrero de 2017

"FENCES·: Oportunidades perdidas


Si fuese politicamente incorrecto, diría que este año los oscar serían #soblack. “Figuras ocultas”, “Moonlight”, “Loving”… A los que sumar otros títulos excluidos en medio de la carrera de premios, por razones no cinematográficas, como “El nacimiento de una nación”. Y a ellas, hay que añadir, “Fences”, la tercera realización del actor Denzel Washington. Un tipo comprometido con su raza. Que durante muchos años se autoexcluyó de interpretar a malos en el cine, para limpiar la imagen que de los afroamericanos se daba en las películas. Lo que, a la postre, lo acabó convirtiendo en el Tom Hanks de color. El gran héroe cotidiano negro.

Coherente con esta filosofía, Denzel se embarcó, recientemente, en la reposición teatral de la obra militante del Pulitzer August Wilson, “Fences”. En ella sea hablaba del racismo y de como éste condicionó las vidas de muchos hombres y mujeres, truncándolas, convirtiéndolas en fracasadas, aplastando la individualidad, cercenando sueños. Y como todo ello ha pasado de generación en generación, como un daño imposible de resanar y olvidar.

En la cinta que ahora se estrena, Washington retoma ese mismo texto, espíritu y reivindicación amarga. Y con, prácticamente, el mismo casting protagónico que pisó las tablas neoyorquinas, levanta esta producción que también, como antes apuntaba, dirige.


En el platillo de lo indiscutiblemente bueno del filme, están los excelentes diálogos que el propio August Wilson dejó adaptados para el cine antes de morir. Y, claro, excelsamente dichos por sus protagonistas, ambos nominados con justicia al oscar, el propio Denzel y esa Meryl Streept negra que es Viola Davis. Pero quizás solo eso llena el haber de la cinta. El debe, es otro cantar. 

Y es que, el que hace poco ha sido el más magnífico de los siete ídem, reconozcámoslo, es un actorazo copapinero, pero como realizador, es tremendamente mediocre. Ninguno de sus trabajos anteriores en este oficio ha sido remarcable. ¿Alguien recuerda a “Antwone Fisher” o “The Great Debatiers”? Ésta última ni siquiera estrenada en cines aquí. 

En este sentido, “Fences” no es una excepción, resultando un trabajo carente de inventiva, rutinario y profundamente tedioso y aburrido. Una tv movie con ínfulas. Teatro filmado que se limita a reproducir unos diálogos contundentes, con carga de profundidad, encarnados en unos actores dotadísimos, pero ahí queda la cosa. Una oportunidad perdida, como la carrera de Troy Maxson.



NOTA: 6/10

TÍTULO ORIGINAL: Fences