lunes, 28 de agosto de 2017

"VERÓNICA": La heroína del silencio

 ¿“Verónica” es una película basada en hechos reales? Sí, lo es. Y su epílogo, con fotos del archivo policial no dejan el cuerpo para fiestas.

¿Es un filme de terror? También. Transita por todos sus tópicos clásicos, tributando incluso homenajes al género y a algunas de sus cintas más elementales. Hay giallo, y Chicho Ibáñez Serrador, y hasta, por ejemplo, la sombra de “Nosferatu”

Ya pero… ¿es una cinta de las de miedo? Claro. Hay sustos. Y un ritmo narrativo que mantiene el suspense en todo lo alto y pega con superglue al espectador a la butaca.

Pero la última realización de Paco Plaza es… más. Es una cinta costumbrista cañi que retrata un lugar y una época. Un barrio tan propio como Vallecas y una década, los 90. Los quinquis, las FDS, el ladrillo rojo, el anuncio de Centella, las fiestas con Loquillo, ese cazo de calentar leche… Todo añade el valioso plus de conferir a la cinta proximidad, verismo, credibilidad y, por ello, mayor estremecimiento por la identificación del que la ve como algo cotidiano, vivido, next door. 


Pero, es aún más. Un estupendo estudio de personajes, particularmente de uno: el de la Verónica del título. Su existencia está caligrafiada con verdadera intención. La adolescencia, con sus miedos, inquietudes, crisis, ansias, incomprensiones, cambios. Agravado todo aquí por el peso de la responsabilidad impuesta, ineludible, monótona, interminable, agotadora. Una heroína del silencio que se refugia en la música (un narrador más) oportunísima y clarividente del grupo de Enrique Bunbury.

Y todo en una película de mujeres, luchadoras, invencibles, tocadas pero no rotas. Aquí los hombres son, o el delicioso Antoñito, o un paisaje humano figurante, o un mero fantasma. Me gusta esto. 

Y un casting inspirado. Comenzando por la prota que se hecha la historia a su espalda. Sin ella no habría peli. Con ella hasta lo incomprensible se comprende. Y unos críos de una naturalidad sobrecogedora. Y unos cameos y pequeñas participaciones Gloria Bendita, como esa castiza Hermana Muerte y su acentazo.

Y, claro, Plaza que lo orquesta todo con puntería y signatura de autor. Y pone la cámara muy a sabiendas. 

Filme de género, sí, pero mucho más que eso. Muchísimo. 


NOTA: 8/10

TÍTULO ORIGINAL: Verónica

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