viernes, 6 de enero de 2012

"DRIVE": una obra maestra orgullosa de sus raíces

En una época en la que en televisión no se arriesgaba, un tipo puso toda la carne en el asador para cambiar, radicalmente, el concepto que de las series policíacas existía. Su nombre era Michael Mann. Eran los 80, y la serie, la ya mítica "Corrupción en Miami". Lo que no sabía Mann es que, aparte de insuflar aire fresco a la parrilla televisiva, estaba creando un nuevo estilo, en lo visual y en lo narrativo, cuya modernidad y calado llega hasta hoy. Un modo de hacer que terminó de madurar ya en su faceta como director de cine, convirtiéndose, con filmes maestros como "Heat", en uno de los definitivos referentes del género negro contemporáneo. La escuela creada por el director de "Collateral" es seguida hoy por fortuna por algunos epígonos. Nicolas Winding Refn ha resultado ser uno de los más listos de la clase, y su última cinta, "Drive" lo demuestra. 



Y es que Mann y la década que forjó sus modos de hacer como cineasta, los ochenta, están presentes en "Drive" ya desde esos créditos iniciales en definitorio rosa neón. Y lo están en la conducción nocturna del protagonista por la ciudad, y en la música electrónica de Cliff Martínez, con referentes al experimental Brian Eno, gurú de los sonidos ambient y favorito de Mann. Y en los temas musicales, que bien pudieran haber acompañado a Sonny Crockett en sus escarceos policiales, como lo hicieran canciones mito del tipo "In the Air Tonight" de Phil Collins. 

                                                  Clip con la BSO e imágenes del filme

Pero el autor de "Ladrón" está innegablemente palpable más allá de envoltorios, en la esencia misma de la narración. En esta historia de criminal con código, de principios inalterables que te hacen sobrevivir. En decisiones que se saben malas pero se toman. En este filme de redenciones por un instante, de malas partidas, de azares, de errores sin enmienda. 


Pero "Drive" es más y va más allá del universo Mann. Es un cuento clásico, una fábula urbana, con paladines y princesas que rescatar. Con un caballero con el blasón del escorpión en esa chaqueta que es remedo de armadura y escudo; y que es imagen metafórica de un tipo animal, silencioso, extremadamente hábil, certero y violento, que mata y muere matando. 


Y es un western, en una historia con un extraño, un matrimonio y un niño, como los de "Raíces profundas". Un tipo como el Clint Eastwood de "El jinete pálido". Y también es puro filme noir, con soledades inhabitadas como las de Alain Delon en "El silencio de un hombre". E incluso, más trivialmente hablando, es claro y a la postre una de acción, una suerte de versión cinéfila de los "Transporter" de Jason Stratham. Y es un filme de amor triangular, con un romanticismo supino, heredero de la mismísima "Casablanca", con escenas de una poética tan arrebatadora como el beso único (en todos los sentidos) existente en el filme. 


Y es la historia clásica de un espartano, de un hombre intencionadamente sin nombre (en la cinta solo es el chico, el conductor, el vecino...) Un tipo que huye del pasado, y que no piensa en el futuro. Un individuo que ha hecho del límite un lugar cómodo en el que vivir mientras le viene a buscar la muerte. Y es una historia de violencia, como no podía ser de otro modo, viniendo del realizador de la aún por descubrir "Bronson". Una violencia salvaje, brutal, atávica, emparentada en momentos con Walter Hill o el Tony Scott todavía ochentero de "Revenge" o de la tarantinesca y no menos romántica "Amor a quemarropa". Una violencia hermana de la que otro devoto de Mann, el coreano Na Hong-jin, cultiva expeditiva en "The Yellow Sea", que puede verse además estos días también en nuestras carteleras. 

El realizador holandés dirigiendo a Gosling

Pero todo ello es referencial, no insulso ni insultante plagio. Es homenaje a lo grande, orquestado con la personalidad y el criterio de quien ama una clase de cine, el de géneros con mayúsculas. Tributo puesto en prendedoras imágenes con aliados imprescindibles como la maestra fotografía de Newton Thomas Sigel, autor de trabajos como los de "Sospechosos habituales", "El Secreto de los Hermanos Grimm" o la mas reciente "La Conspiración". Una fotografía a la que el realizador del filme deja ser creativa, reposarse, agarrar en planos largos a los actores y en secuencias modélicas la acción, con unos movimientos a ralentí que harían salivar a mismísimo Sam Peckinpah. 


En tiempos de revivals en el peor de los sentidos. De búsquedas de apuestas a lo seguro, de productos artificiosos que garanticen la taquilla, "Drive" es una mirada atrás, si, pero a contracorriente, por su ausencia de concesiones de su creador que cuenta lo quiere y como quiere, guste o no. Un filme de autor para paladares cinéfilos que hará que Michael Mann sonría de medio lado, asintiendo socarronamente, cuando al final se enciendan las luces. 

By Harry Callahan 

NOTA: 10/10 


ESCUCHA ESTA CRÍTICA CON EXTRAS EN PODCAST CON EXTRAS: https://dl.dropboxusercontent.com/u/224337446/drivecritica.mp3


TÍTULO ORIGINAL: Drive 




TEMA DE RIZ ORTOLANI QUE SUENA EN EL FILME: http://www.youtube.com/watch?v=tg0jOpr1Uhk

SOBRE LA MÚSICA DEL PODCAST: http://www.jamendo.com/es/track/809546
TRAILER Y MATERIAL DE AUDIO DE DRIVE CORTESÍA DE: The Walt Disney Company. Todos los derechos reservados. 

1 comentario:

sasadogar dijo...

Ciao,
habiéndola visto me parecen un acierto todos tus comentarios.
Añadiría que me recordó por el personaje y la dureza de a historia a "promesas del Este".
Un saludo desde Valencia